“Yo no rezaba si es que uno da a la palabra 'rezar' el sentido de imploración o de impulso de gratitud. Aspiraba a algo superior y perfecto. Pero, ¿a qué? No sabría decirlo. Y sin embargo, comprendía con toda claridad lo que deseaba. Quería fundirme con el Ser Supremo. Le suplicaba que me perdonara las faltas. Pero no, no se lo suplicaba, porque sentía que si Él me permitía conocer este momento de éxtasis, significaba que ya me había perdonado. Todo temor me abandonó. La fe, la esperanza, el amor formaban en mí un sentimiento insoluble”
León Tolstoi (Diario, 11 de junio 1851).
León Tolstoi (Diario, 11 de junio 1851).