No charles sobre el Vacío
sin saber lo que significa;
pues los que quieren agarrarlo
se pierden muy fácilmente.
Si en realidad quieres saber
la verdad sobre el Vacío,
es un espacio de niebla brillante,
inmenso e indivisible.
Es el Vacío, no la nada,
el fondo de las diez mil formas.
Si la nada contiene
las obras de la creación,
dentro del Vacío ni un grano de polvo
encuentra lugar donde alojarse.
No hay sino luz dorada allí
donde se contempla la perla mágica.
El estudioso del Tao
busca la verdad de la vida y de la muerte;
pues de otro modo en vano ansiaría
conquistar el estado inmortal.
Pero quien conoce la fuente de la vida
discierne también el sentido de la muerte,
y por eso queda libre
para vivir espontáneamente.
No hay, del primero al último,
ni morir ni nacer;
en la mente surgen diez mil falsas distinciones
de un pensamiento instantáneo.
Pero basta con saber de dónde
esos pensamientos saltan y se esfuman
para que brille la luna radiante
en el templo de la mente.
La verdad se tiende, entonces, ante ti:
no hay que pretender nada.
Por sí mismas las colinas son verdes;
por sí mismas fluyen las aguas.
Deja que tu mente día y noche
abrace este único pensamiento:
hay que cultivar el Tao
mediante el pensar donde no hay pensar.
Wang Ching-yang