"La importancia personal es traicionera; puede enmascararse bajo una fachada de humildad casi impecable, pues no tiene prisas. Después de toda una vida de prácticas, le basta con un mínimo descuido, un pequeño traspié y ahí está, de nuevo, como un virus que fue incubado en silencio, o como esas ranas que esperan durante años bajo la arena del desierto, y con las primeras gotas de lluvia despiertan de su letargo y se reproducen."
"Teniendo en cuenta su naturaleza, es deber de un benefactor espolear la importancia de su aprendiz hasta que estalle. No puede tener piedad. El guerrero debe aprender a ser humilde por el camino más arduo o no tendrá la menor oportunidad frente a los dardos de lo desconocido". "Don Juan fustigaba a sus discípulos hasta la crueldad. Nos recomendaba una vigilancia de veinticuatro horas diarias para mantener a raya al pulpo del yo.”
Carlos Castaneda
Conversaciones con el Nagual de Armando Torres